Trabajar desde casa parece un esquema que ha llegado para quedarse; cada vez son más las compañías globales que anuncian decisiones que demuestran que la nueva normalidad del futuro va a tener como una de sus características principales los entornos de trabajo remoto.
Lo que comenzó con compañías como Twitter, que anunciaron políticas permanentes bajo las cuales sus trabajadores no tendrán que volver más a sus oficinas salvo que expresamente quieran hacerlo, continúa ahora con gigantes tecnológicos del tamaño de Google, IBM, Facebook o Apple, que han comunicado a sus trabajadores que pueden continuar trabajando desde casa y prevén que la situación no se normalice hasta mediados del 2021 y quizás unos meses más allá.
Esto ha comenzado a tener impacto en diversos sectores, como el de oficinas, donde las perspectivas no son muy alentadoras. Sandro Vidal de Colliers publicaba unas interesantes gráficas en la edición del 29 de julio del Diario Gestión; es bastante comprensible que muchos empresarios hayan comenzado a repensar y analizar la necesidad de tener muchos metros cuadrados de oficinas.
Pero también ha comenzado a tener impacto en el mercado inmobiliario de viviendas; una noticia bastante difundida durante la semana anterior fue que los trabajadores de los gigantes tecnológicos ubicados en la zona de Silicon Valley han comenzado a pensar que no hay razón para seguir en la ciudad y se ha producido un boom inmobiliario a la zona de Lake Tahoe a unos 300 Km de San Francisco. “La gente está haciendo ofertas en efectivo para casas, sin haberlas visto”, dijo Sabrina Belleci, una corredora de Lake Tahoe con Re / Max. “Solo quieren salir de la ciudad y nos estamos quedando sin casas en venta”. Similar situación se puede ver con Los Hamptons, ubicado a 160 Km de Nueva York.
Estas dos tendencias se están replicando en el país; compañías locales importantes que comunican a su personal que la prioridad continuará siendo el trabajo remoto, con lo cual se abre como una posibilidad huir de la ciudad, buscando entornos urbanos y propiedades con más espacio interior y exterior, mejor calidad de vida y, en cierta forma, alejarse de las zonas con mayor cantidad de contagios.
Un conocido constructor especialista en edificaciones de madera, manifestaba su sorpresa de que haya comenzado a recibir muchas solicitudes para construir o ampliar casas en Cieneguilla en conocidos condominios, que luego de un avance de ventas lento en los últimos años, han comenzado a ver mucho interés de parte de clientes.
Similares situaciones están observando las empresas inmobiliarias en varias regiones del país, como por ejemplo el incremento del interés de La Joya en Arequipa, zona cuyo clima y menor altitud siempre fue atractivo para muchas familias arequipeñas, que hoy tienen un incentivo mayor por la coyuntura.
En Cusco, el valle de Limatambo en especial y en general todo el Valle Sagrado, que en el pasado tuvo un boom en desarrollo de condominios que no se tradujo necesariamente en familias viviendo en la zona, parece haber tomado un nuevo empuje.
Y así todas las regiones; los piuranos estarían mirando hacia Los Ejidos y la gente de Tarapoto a zonas como Coperholta o Shupichiña, aprovechando que el trabajo continuará en remoto, los hijos no volverán al colegio o universidad en lo que resta del año y el 2021 es un albur.
Por el lado de las compañías, toca evaluar cómo proporcionar a los trabajadores las condiciones adecuadas para que sean productivos desde donde lo estimen oportuno, y poder atraer y retener talento sin condicionantes geográficos.
¿Y las oficinas se continuarán necesitando? Sí, con otro rol, no centrado en ser lugares en los que los colaboradores desarrollan el grueso de su trabajo, sino en sitios de interacción puntual y socialización para el mantenimiento de relaciones entre personas y de la cultura corporativa.
Muchos opinan que esta coyuntura pasará, que la vacuna volverá a poner todo en su sitio y nada cambiará. Las tendencias, no obstante, indican que quizás ya todo cambio, sólo que no nos hemos enterado aún.